Es justo que los pueblos esperen todo bueno de sus representantes; pero también es conveniente que aprendan por sí mismos lo que es debido a sus intereses y derechos.

Mariano Moreno

miércoles, 8 de junio de 2011

Danza de candidatos


 
Acercándonos al momento en que deben presentarse las alianzas para la elección nacional el panorama comienza a definirse con mayor claridad. Las fuerzas de oposición han definido en los últimos días quiénes serán sus principales candidatos y pronto completará su plantel, cuando el sábado el socialismo defina si lleva o no como candidato a Binner. Para más adelante, seguramente sobre el filo del 15 de junio o más aún, cerca del 25 de este mes, fecha límite para presentar las listas de candidatos para las primarias, quedará el anuncio de la casi segura candidatura de Cristina para la reelección.
Así las cosas, hoy podemos plantearnos un escenario construido en que habrá cuatro grandes opciones electorales nacionales. La derecha correrá con la fórmula peronista Duhalde – Das Neves y la radical peronista de Alfonsín – Fraga. En el espectro del progresismo pequeño burgués se ubicará la aún no oficializada candidatura de Binner, secundado por Stolbizer o De Gennaro y desde el oficialismo Cristina con un vice a designar.
Sin lugar a dudas el dato ordenador ha sido en la última semana el lanzamiento de Alfonsín y su replanteo de perfil. Luego de plantearse como opción de centro izquierda y declarar a los cuatro vientos que no iba a hacer concesiones ideológicas, el hijo de Ricardo fue disciplinado por el aparato radical y aceptó el acuerdo con De Narváez en la provincia y un vice de corte peronista vinculado a Roberto Lavagna, de pasado menemista y representante del empresariado liberal. La hizo completa. Todo en función de ampliar el espectro del voto y no quedar encerrado en el perfil progresista antiperonista. El restablecimiento del espíritu de la Alianza le reportará al único candidato radical que logró llegar hasta junio sin desaparecer de las encuestas un mayor número de votos en el interior conservador, fundamentalmente en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde el colorado cosechará con seguridad muchos adherentes.
De paso, la decisión del aparato radical aceleró los tiempos de las definiciones de todos los otros espacios opositores.
Duhalde llamó a Das Neves para, entre los dos, tratar de sostener el espacio del peronismo federal. El gobernador de Chubut, quien dilapidó su capital político cuando no pudo imponer a su candidato a sucesor más que en elecciones complementarias, constituye una perla más en el collar de impresentables que resulta ser el plantel de acompañantes: Graciela Caamaño como candidata a la gobernación provincial, que lanzó su candidatura la semana después de pegarle la piña en la cara a Kunkel frente a las cámaras de televisión, piña que evidentemente fue un gesto calculado para ganarse simpatías entre los antikirchneristas; el “Momo” Venegas, dirigente histórico de los trabajadores rurales, nexo entre el duhaldismo y los sectores militares que continúan reivindicando el terrorismo de estado y sus familiares organizados en torno a la Pando y otros locos, él mismo acusado de colaborar con las fuerzas ilegales cuando era un joven dirigente de la Juventud Sindical Peronista en la zona de Necochea y Mar del Plata y actualmente acusado de apañar el trabajo semi esclavo en los campos argentinos; Luis Barrionuevo, referente máximo del sindicalismo duhaldista y recientemente abiertamente en campaña para destronar a Moyano (de quien debemos decir que compartió cartel en la Juventud Sindical Peronista de Mar del Plata junto al Momo) en la conducción de la CGT. Todos buenos muchachos que vienen a completar una red de contactos del hombre de Lomas con comisarios de la maldita policía que continúan en actividad dentro de la policía de Scioli y Casal y con intendentes del conurbano. Lo mejor del “peronismo diabólico”
Quienes aún no se han repuesto del anuncio radical y se tomarán por lo menos una semana más, puesto que deben esperar al sábado para reorganizar su fichas, son los partidos y agrupaciones que se referenciaban en el espacio progresista no kirchnerista. Estos mismos ya habían sufrido el primer golpe cuando Pino Solanas decidió bajarse de la candidatura a presidente para intentar ganar la ciudad, decisión que dejó a varios colgados del pincel y que además condenó a Pino a lo que es, un personalista que en un acto de birle birloque destruyó todo el potencial que podía tener el Movimiento Proyecto Sur. Estos partidos, decíamos, estaban digiriendo la decisión de Pino buscando un acuerdo Alfonsín – Binner cuando el aparato radical zanjó la discusión. Ahora dependen del socialista santafecino, quien pondrá en juego el acuerdo del frente progresista si acepta ser candidato y competir por los votos con Alfonsín, ya que para retener la gobernación de la provincia mediterránea necesita de los radicales.
Queda claro que, a diez días del cierre de alianzas, el escenario electoral nos presenta actores muy diferenciados. Los argentinos votaremos para elegir entre cuatro candidaturas (es justo recordar aquí que además estarán en la grilla de partida la mística Carrió, el frente trotskista unificado y algún otro que ahora se me escapa, todos con serias posibilidades de no llegar a superar las primarias) que expresan la compleja realidad política actual: Los sectores más conservadores de la burguesía local han desempolvado dos apellidos con historia para intentar retomar posiciones; el oficialismo en su versión más progresista, peronista, popular y democrática desde que se lanzó el kirchnerismo en el 2003, con todas sus contradicciones, aciertos y fracasos, competirá con Cristina para tratar de ganar en primera vuelta y por mucha diferencia; el progresismo no kirchnerista intentará encontrar un candidato en esta búsqueda sin brújula por construir un espacio intermedio que, cada vez está más claro, no tiene oportunidad histórica de desarrollo.

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